En tiempos de pandemia se hace cada vez más evidente la necesidad de las organizaciones de cuidar de la salud mental de sus colaboradores. El aislamiento y la soledad suelen agravar los padecimientos existentes; mientras que el estrés, el miedo al contagio y los múltiples factores que no podemos controlar durante estos tiempos inciertos, hacen que personas que antes gozaban de salud mental empiecen a presentar síntomas de ansiedad, tristeza inexplicable y hasta depresión.
Una de las maneras en que se está evidenciando esta realidad es a través del aumento de consumo de bebidas alcohólicas. La reconocida revista, Journal of the American Medical Association (JAMA) publicó en septiembre la recopilación de datos de los resultados de una encuesta en Estados Unidos, en la que participaron un número representativo de adultos a los cuales se les investigó los cambios en el consumo de alcohol y sus consecuencias durante la pandemia.
Los resultados de esa encuesta arrojaron que el consumo de alcohol en adultos, a nivel general, aumentó un 14% en comparación al año pasado, mientras que entre los adultos de 30 a 59 años se registró un aumento de un 19%. En el caso de las mujeres, también hubo un aumento significativo en consumo excesivo de alcohol (definido como cuatro o más bebidas en un periodo de dos horas) con un aumento del 41% sobre el valor evidenciado en el año 2019.
Es por esto que los gerentes y tomadores de decisiones dentro del ámbito de la gestión de recursos humanos deben invertir en nuevos beneficios pensados para mejorar el acceso a los servicios de salud mental, creando espacios de trabajo mentalmente saludables que ayuden a mitigar los resultados del confinamiento sobre la esfera psíquica de los empleados y sus familias.
Sin embargo, en Latinoamérica y el Caribe todavía hay grandes oportunidades en las acciones que toman las empresas para favorecer la salud mental. En el 2019, Mercer Marsh Beneficios (MMB) presentó su primer Estudio Regional de Tendencias de Salud Mental en Latinoamérica y El Caribe, (en el que participaron 880 empresas en 11 países de la región), en el que se encontró que solamente el 30% de las empresas ofrecían recursos o acciones para cuidar la salud mental de sus empleados.
Algunas acciones para convertir la salud mental en un benéfico dentro de su organización son:
- Eliminar el estigma sobre las enfermedades mentales a través de la educación.
- Implementar prácticas organizacionales que promuevan un equilibrio saludable entre la vida laboral y personal.
- Establecer fuentes accesibles a las que las personas se pueden dirigir a pedir ayuda.
- Instaurar políticas que permitan detectar el estrés patológico, así como el consumo de sustancias psicoactivas y facilitar recursos para su manejo.
- Ofrecer soluciones que mantengan el anonimato de los empleados, como líneas telefónicas o virtuales de ayuda psicológica.
- Dar a conocer las coberturas de salud mental del plan de salud.
- Reconocer y recompensar la contribución del personal.
Un colaborador que goza de buena salud mental, que se siente bien consigo mismo y con su entorno, tendrá más posibilidades de hacer un buen trabajo. Al cuidar de la salud mental de sus empleados se incrementará la resiliencia, la productividad y compromiso con la empresa; resultando en una estrategia ganar-ganar para el empleado y para la empresa.