Según los datos suministrados por la Organización Mundial de la Salud, se estima que para el año 2015, al menos unos 36,7 millones de personas padecen de VIH alrededor del mundo.
Pese a esta elevada cifra de padecimientos, la discriminación laboral a pacientes de VIH/SIDA sigue siendo una de las tristes realidades que afectan al entorno empresarial latinoamericano en el presente cercano, dejando a flote el estigma construido a través de la ignorancia y la desinformación.
Ahora, ¿es realmente peligroso para el entorno laboral la presencia de trabajadores portadores de esta enfermedad?
Riesgos mal fundados: El VIH no es peligroso en el trabajo
En los talleres de formación organizados desde el año 2014 por la Organización Mundial del Trabajo, uno de los puntos focales de la educación laboral ligada a esta enfermedad es el dar a conocer a las organizaciones laborales que no existe un real riesgo de contagio en un ambiente empresarial tradicional.
En este caso, los expertos reconocen que la principal causa de la que se alimenta la discriminación laboral a pacientes de VIH/SIDA es en la concepción de que esta es una enfermedad extremadamente contagiosa cuando en realidad no lo es.
El VIH es una aflicción viral que solo se transmite: 1) por relaciones sexuales con penetración sin preservativo; 2) por la utilización de jeringas, instrumentos punzantes u otros materiales relacionados con las inyecciones; 3) o con el contacto directo y rápido de sangre contaminada en una herida abierta. Considerar de este modo que alguna actividad de esta índole estaría presente dentro de un ambiente administrativo, es caer dentro de los miedos irracionales alimentados por la ignorancia.
Pruebas de VIH y el la ambiente laboral
Pese a que las organizaciones médicas internacionales siempre han promovido la realización de pruebas para el diagnóstico temprano de esta enfermedad, según la OMS uno de los síntomas de discriminación laboral a pacientes de VIH/SIDA es la solicitud obligatoria de esta prueba para poder optar para un puesto de trabajo.
Y pese a que las leyes de cada país son independientes, la mayoría de los sistemas legales protegen la privacidad de los afectados por el VIH/SIDA.