Al momento de ser detectado el cáncer, el impacto del diagnóstico afecta fuerte y tajantemente el desenvolvimiento de todos los aspectos de la vida de la persona. Dentro de esta delicada situación, un gran porcentaje de pacientes opta voluntariamente por reintegrarse al trabajo durante o justo después del tratamiento. Poder lograr este equilibrio no es tarea fácil y requiere de todo el esfuerzo y la motivación que un ser humano pueda tener. Por este motivo, compartimos algunas recomendaciones para que se conecte de manera segura con su inmenso deseo de seguir adelante y continuar de manera progresiva su vida laboral.
¿Qué hacer primero?
Lo primero es la importancia que tiene el tratar de entender y comprender el proceso por el cual está pasando. Al ser diagnosticado como paciente de cáncer, de manera inicial, es natural que se plantee preguntas existenciales, tales como: ¿Por qué a mí? ¿Cómo voy a superar esto? ¿Cómo voy a costear el tratamiento? ¿Podré seguir trabajando? Por esta razón, es imperativo que se tome el tiempo necesario para procesar e internalizar sus emociones y, paso seguido, rodearse de personas que le hagan bien y que sean un pilar de apoyo durante todo el proceso.
Si bien es cierto que la reintegración al trabajo -durante o después del cáncer- puede deberse en gran medida a la necesidad de generar ingresos, la realidad es que también puede ser de gran beneficio para la salud física y mental del paciente, ya que le permite enfocarse en otros asuntos y recuperar un sentimiento de “normalidad” dentro de su rutina diaria. El nivel de reintegración laboral dependerá de la gravedad de los síntomas y del estado emocional en el que se encuentre, ya que hay pacientes que se sienten en plena capacidad de trabajar al estar recibiendo quimioterapia o radioterapia, mientras hay otras que requieren de una reducción de las horas laborales o la solicitud de días libres tras la aplicación de estos tratamientos.
Es importante que, antes de tratar de regresar al trabajo, se establezca una conversación con su médico de confianza y posteriormente, con su superior a cargo. En ambos casos, la principal duda de esto se basará en su estado de salud y si usted se encuentra en la capacidad de poder cumplir con el trabajo correctamente sin causar mayor daño a su estado de salud.
Recomendaciones para reintegrarse al trabajo siendo paciente de cáncer
- Intente programar los tratamientos en la tarde o al final de la semana y, así, una vez que estos hayan finalizado podrá ir directamente a descansar a casa.
- Si es más cómodo para usted, hable con su superior o equipo de trabajo para contemplar la posibilidad de trabajar remoto y realizar ciertas tareas desde el hogar, de este modo reduce los traslados innecesarios a la oficina.
- Pida a sus amigos o familiares ayuda con algunas de las responsabilidades de la casa, esto le permitirá tener más energía para poder cumplir con su trabajo.
- Desde el inicio y si es posible, hágale saber a su jefe las fechas y los horarios de sus tratamientos y de tal forma, todos podrán tener una idea más clara de los posibles descansos o ausencias que surgirán a raíz de los mismos.
- (Muchas veces) menos es más. Recuerde que su sistema inmunológico está invirtiendo una gran cantidad de energía y trabajando al 150% para recuperarse. Por lo mismo, es entendible que se canse más rápido o que precise trabajar menos horas al día. Maneje su tiempo de manera estratégica y enfóquese en ser más productivo y presentar trabajo de calidad en menos tiempo.
- Acepte, de manera positiva, toda la ayuda ofrecida por sus compañeros a su alrededor. Esto no es una señal de debilidad, por el contrario, ¿acaso no haría usted lo mismo por su(s) compañero(s)?
- Comunique lo que siente a sus compañeros de trabajo más cercanos. Esto último no significa contar cada detalle de su proceso, pero el poder abrirse ante su entorno ayudará de manera segura a empatizar y a descargar sus emociones comprimidas.
Y, finalmente, recuerde que sus emociones y su motivación se reflejan en su organismo, ponerle empeño a sus proyectos con amor, no es más que otra forma de continuar llenándose cada vez de más razones para vivir.