La violencia es una parte intrínseca de la vida social y, como producto social, está vinculada a los resultados de las relaciones de poder y los conflictos. Aunque la violencia no se considera como un área dentro de la salud, si puede afectarla causando lesiones o traumas físicos y psicológicos. Por lo tanto, para comprender el impacto de la violencia en la salud, es necesario discutirla junto a otras condiciones y estilos de vida de las personas.
La violencia intrafamiliar afecta a una gran parte de la población mundial y tiene repercusiones significativas en la salud de los afectados. Por lo tanto, es un problema de salud pública relevante y un desafío para los administradores de las distintas organizaciones de salud latinoamericanas.
Es importante tener en cuenta que pese a ser una problemática amplia y compleja, requiere la participación de profesionales de diversos campos, sectores gubernamentales o de la sociedad civil para hacer frente a ella, esto no significa que no se le pueda hacer frente desde la posición que posee cualquier individuo como miembro de la sociedad.
Día Internacional de la No violencia ¿Cómo identificar un posible caso?
La violencia familiar es compleja. Sabemos por evidencia internacional que la principal causa es la desigualdad entre mujeres y hombres, es decir, la distribución desigual del poder, los recursos y las oportunidades. Sin embargo, las ideas estereotipadas sobre el papel de las mujeres y los hombres en la sociedad o la forma en que deben comportarse, fomentan un ambiente propicio a la violencia; la cual lamentablemente, no solo se refleja en daños directos a las víctimas, sino también complicaciones psicológicas para los pequeños que se vean criados o involucrados involuntariamente en dichos ambientes.
Existen diversas formas de prevenir estos problemas sociales, una de ellas es la rápida detección de conductas o indicios que presente una posible víctima; pudiendo de esta forma acudir a las autoridades con capacidades para solucionar estos casos o tomar otros cursos de acción que puedan prevenir una tragedia a futuro.
Existen una serie de características principales que puede evidenciar una persona víctima de violencia, algunas de ellas se expresan en emociones o comportamientos y se encuentran en el siguiente listado:
Agitación, ansiedad y aprehensión crónica.
Estado constante de alerta que les dificulta relajarse o dormir.
Una sensación de desesperanza, impotencia o desesperación porque la víctima cree que nunca escapará del control de su abusador.
Miedo a que uno no pueda protegerse a sí mismo o a sus hijos. Esta persona rechazará la asistencia ofrecida por familiares, amigos o profesionales.
Sentirse paralizado por el miedo a tomar decisiones o protegerse.
La creencia de que uno merece el abuso.
La creencia de que uno es responsable del abuso.
Flashbacks, pensamientos recurrentes y recuerdos de la violencia y las pesadillas de la violencia.
Reacciones emocionales a los recordatorios de violencia doméstica.
Es de vital importancia que todos podamos ser capaces de identificarlas para fomentar la prevención y ayudar en la protección de aquellos que lo puedan estar necesitando.