Los medios de comunicación y las redes sociales han estado repletos de historias sobre los errores culturales o las culturas tóxicas de las organizaciones, lo cual desemboca en múltiples renuncias o en peores casos: denuncias que desprestigian y dañan de manera grave la imagen externa de dichas compañías.
Esto ha motivado de manera inmediata a que todas las juntas directivas y los departamentos de recursos humanos alrededor del mundo se pregunten: ¿Posee acaso nuestra compañía un ambiente laboral tóxico? Y de ser así, ¿qué podemos hacer para repararlo?
Ambiente laboral tóxico: ¿Qué tan saludable es el ambiente de nuestra compañía?
Cada empresa es única, esta es una realidad que no podemos ignorar al tratar de evaluar el estado de nuestro clima organizacional. Por ende, no existe una solución única para identificar o reparar una cultura de trabajo dañada.
De este modo, el primer paso para realizar una evaluación al estado de las comunicaciones y el clima emocional dentro de nuestro modelo organizacional, es echar un vistazo crítico a los alrededores, tratando de identificar ciertas señales de advertencia comunes que un lugar de trabajo está volviendo tóxico, para así poder aplicar a futuro algunas estrategias correctivas. Algunos síntomas son:
Pueden observarse rumores de pasillo o chismes circulando dentro de las conversaciones.
Existe comportamiento agresivo con intenciones de intimidación.
Mala comunicación y expectativas poco claras tanto para los líderes como para la masa laboral.
Técnicas de dirección dictatorial que no permiten la retroalimentación de los empleados.
Ausentismo excesivo, enfermedad o fatiga en los empleados.
Favoritismo y condiciones de trabajo desequilibradas o discriminatorias.
Extrema competitividad o sobreesfuerzo en trabajadores.
Cargas de trabajo o plazos poco realistas.
Poca o tensa interacción entre empleados o empleados y directivos.
Condiciones de trabajo inseguras o moralmente cuestionables.
¿Cómo podemos tratar un ambiente laboral tóxico?
Con una clara comprensión de la enfermedad, ahora puede elaborar estrategias para su plan de tratamiento, recordando siempre que el cambio es un proceso lento, donde no se podrá arreglar nada en un solo día.
Abordar los comportamientos problemáticos que tienen el mayor impacto primero, y los problemas más pequeños probablemente comenzarán a endurecerse por sí mismos. Estos son algunos antídotos estratégicos para muchos de los problemas más comunes en el lugar de trabajo:
Escuche a sus empleados: Escuche sus quejas, valide sus experiencias y realice los cambios necesarios para abordar sus problemas. Esto puede venir en forma de conversaciones uno a uno, una reunión del ayuntamiento con recursos humanos, o simples encuestas a ciegas.
Comuníquese de forma transparente: Los empleados no pueden hacer bien su trabajo sin entender la tarea. Por esto, poseer la información para hacer su trabajo reduce la confusión y la frustración, haciendo que los empleados sean más felices y eficientes.
Reconozca el trabajo bien hecho: Un estudio del Boston Consulting Group explica que la apreciación social por el trabajo bien hecho como el factor más importante para la felicidad laboral. Por esto, recuerde siempre comunicar a los empleados lo que están haciendo bien: se sentirán apreciados y serán más propensos a seguir haciéndolo.
Fomente la inteligencia emocional: Destierre el acoso, la falta de respeto y el comportamiento despectivo de su ambiente laboral, priorice la inteligencia emocional y propicie recursos para ayudar a los empleados a expandir su inteligencia emocional.