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Pequeñas y medianas empresas de Agricultura

Las pymes del sector agroindustrial en México enfrentan grandes riesgos, que pueden afectar la producción de cultivos y la entrega de productos de calidad. Marsh puede asesorarte para asegurar el crecimiento y la rentabilidad de tu negocio.

Las empresas de agroindustria a nivel mundial están enfrentando una mayor presión para estar cada vez más integradas en la cadena de valor. La implementación de las nuevas tecnologías ha ayudado sin duda a satisfacer esta demanda, lo que ha llevado a mejorar la productividad y la eficiencia en toda la cadena de suministro.  

Si bien esta transformación digital genera nuevas oportunidades para las empresas de la agroindustria, crea también nuevas vulnerabilidades que pueden afectar directamente la cadena productiva y la distribución de alimentos. 

De acuerdo al Informe de Riesgos Globales 2022, en Latinoamérica, el clima extremo será uno de los riesgos críticos para pequeños y medianos productores de la región, como consecuencia de los frentes fríos, los incendios, las inundaciones y las sequías prolongadas. Estos factores favorecen, además, la proliferación de plagas, que destruyen cada año hasta un 40% de la producción global de cultivos según un estudio de la FAO. 

La pandemia del COVID-19, ha tenido un gran impacto en el sector de la agroindustria en México, como consecuencia de una ralentización de la cadena de abastecimiento, el aumento en los costos de transportación y de los insumos, así como en la escasez de materias primas. Estas variables han puesto en riesgo la rentabilidad del sector e incrementando los gastos de producción. 

Nuestros expertos en agroindustria te ayudarán a estar preparado, para afrontar estos y otros riesgos asociados a tu actividad. En Marsh, aseguramos posibilidades de crecimiento y la rentabilidad de tu empresa de productos agroindustriales. 

Preguntas frecuentes

Cada negocio enfrenta riesgos únicos durante sus operaciones diarias. Sin embargo, la industria agrícola en general se enfrenta a varias áreas de riesgo importantes, entre las que se incluyen las siguientes: 

  • Cambio climático: la creciente imprevisibilidad del clima (sequías, tormentas, granizo, huracanes, inundaciones, e incendios) ha creado nuevas vulnerabilidades a medida que las compañías agrícolas buscan adaptarse a las cambiantes demandas de los consumidores frente a rendimientos inestables de los cultivos. 
  • Enfermedades de las plantas: afectaciones a los cultivos a consecuencia de plagas y enfermedades causan hasta el 40 por ciento de las pérdidas de plantas y cultivos. 
  • Enfermedad y fallecimiento de personas: epidemias y pandemias como COVID-19 han afectado en gran medida a la industria, reduciendo su capacidad de ser productivos y cumplir con sus ciclos de siembra y cosecha.  
  • Riesgo cibernético: cada vez más, la Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) se aprovecha en toda la industria agrícola para mejorar la visibilidad y la transparencia de la cadena de suministro. Sin embargo, esta creciente dependencia de los sistemas habilitados por IoT crea nuevos problemas de seguridad y distribución de alimentos en caso de una interrupción o un ataque malicioso. Las compañías deberán crear procesos para monitorear continuamente su seguridad cibernética y reemplazar los bienes, los productos agrícolas o el ganado perdidos si no se pueden evitar una falla. 
  • Población en crecimiento: se espera que la población mundial crezca de 7,500 millones a 10,000 millones para el 2050, lo que requerirá un aumento de al menos un 70% en la disponibilidad total de alimentos. Sin embargo, el aumento de las preocupaciones ecológicas dificultará la expansión de la producción mediante métodos tradicionales. Los proveedores agrícolas deben encontrar formas de innovar en diversas actividades de la cadena de suministro para aumentar la productividad, el rendimiento total y el acceso al mercado. 
  • Expectativas medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG): las credenciales ambientales y sociales de los productores agrícolas son cada vez más importantes para los fabricantes de alimentos y el consumidor final. Las expectativas ESG crean un riesgo reputacional para los agricultores y los compradores de productos básicos que debe administrarse cuidadosamente. 

Seguro de cultivos: protege a los agricultores y productores agrícolas contra la pérdida de cultivos como resultado de un clima extremo como inundaciones, granizo y sequía, e imposibilidad de siembra. Es posible cuidarlo durante todo el ciclo productivo, incluso desde antes de la nacencia. 

Seguro de estructura agrícola: en caso de que la estructura de un cultivo con sistema de riego o temporal, malla sombra, invernaderos o macro túnel se dañe en una tormenta o debido a otras causas naturales, el seguro de estructura agrícola proporciona asistencia en la reconstrucción para minimizar el tiempo de inactividad y las pérdidas de producción relacionadas. 

Seguros de vida y gastos médicos: Debido a accidentes, enfermedades o fallecimiento de los empleados se pueden generar en las empresas gastos no previstos, impactando operativa y financieramente. Estos seguros protegen la salud de las personas, pero también la salud financiera de las empresas agroindustriales. 

Seguro empresarial: protege los activos de empresas de agroindustria y asegura que no existan interrupciones debido a fallas en maquinaria y equipo electrónico.  

Seguro de responsabilidad civil: existen muchos tipos de seguros de responsabilidad civil disponibles, incluida la cobertura diseñada para proteger a las personas que visitan tu cultivo o la propiedad de otras personas en caso de que se dañen debido a sus operaciones agrícolas, la responsabilidad civil del entretenimiento agrícola, la responsabilidad legal por incendios, la salud y la seguridad de los empleados y la contaminación accidental. 

Seguro de Crédito: El seguro de crédito comercial protege las cuentas por cobrar de una empresa, incluyendo las del sector agroalimenticio, proporcionando cobertura para un negocio si un cliente no paga productos o servicios. Respalda la capacidad de una empresa para ampliar las condiciones de crédito (normalmente a corto plazo, con vencimiento en un plazo de 12 meses) a clientes nuevos y existentes, y mejora el acceso a financiamiento adicional contra cuentas por cobrar. 

El primer paso es acercarte a un asesor experto en administración de riesgos especializado en tu industria, que te ayude a identificar los riesgos a los que estás expuesto, a priorizarlos y a generar un plan de acción para tratarlos.