Los centros comerciales tienen una gran responsabilidad tanto frente al público en general que los visita, como frente a sus locatarios, que son las empresas que alquilan sus espacios. Por ese motivo, y con cierta regularidad, enfrentan situaciones de accidentes, daños y perjuicios de alguno de estos terceros, quienes muchas veces se convierten en un reclamo en su contra, exigiendo un resarcimiento o indemnización.
La particularidad del centro comercial, al igual que los grandes retailers, es que están permanentemente expuestos a las presiones que optan por ejercer quienes se han visto o siente haber sido afectados, de alguna forma, dentro de sus instalaciones.
Cuando ocurre un accidente, como por ejemplo un incendio, es preciso entender que, una vez determinadas las causas del mismo y las responsabilidades, hay un flujo de reclamos en distintas direcciones y por magnitudes que pueden ser importantes. Frente a este escenario es importante que el centro comercial o retailer haya construido una apropiada estructura de transferencia de riesgos y seguros, tanto de pólizas propias como las que se deben exigir a terceros, de forma que el mercado asegurador sea quien absorba en su mayor parte las pérdidas, en beneficio de todos los involucrados.
Un asesor de seguros profesional y especialista debe entender esta problemática muy bien, para transmitirla a sus clientes de estas industrias y que tomen una adecuada decisión en la administración y transferencia de sus riesgos.
En la actualidad, la mayoría de centros comerciales contrata un Seguro de Accidentes Personales para los visitantes, que les permite dar atención inmediata a las personas que pudieran sufrir un daño personal dentro de sus instalaciones, y un Seguro de Responsabilidad Civil que les permite enfrentar reclamos o demandas en su contra, por parte de los afectados.
Sin embargo, el asesor de seguros debe orientar también a sus clientes desde antes de que sucedan las desgracias y no solo en la contratación de pólizas de seguros.
Una de las herramientas de transferencia de riesgos que existen son los contratos. En ellos se establecen algunos de los principales riesgos y se determina cuál de las partes será responsable en caso se materialicen. Dependiendo si el asegurado es un centro comercial o un retailer, su asesor debe orientarlo en la redacción del contrato, para que no asuma (o transfiera) los riesgos que no está en capacidad de asumir y para los que no tienen una póliza de seguro. En todo caso, asesorarlo para que contrate los seguros de los riesgos que debe asumir y que se le exigen en el contrato, en la medida que sean riesgos asegurables. Recordemos que, de acuerdo a la teoría de administración de riesgos, solamente un 25-30% de los riesgos que enfrenta una empresa, encuentran cobertura en el mercado asegurador.
Para estar adecuadamente protegido, un centro comercial debe tener una estructura de transferencia de riesgos y seguros funcional, contratando las pólizas necesarias y exigiendo contractualmente a sus locatarios y contratistas que hagan lo propio, hasta por límites adecuados. En el caso de un retailer, esta estructura debe armarse principalmente hacia los contratistas que realizan trabajos para ellos. Para empresas que tienen un alto número de contratistas, existen en el mercado seguros que les permiten dar cobertura a los daños o pérdidas que podrían ocasionar estos contratistas a terceros, en el ejercicio de las labores que les han sido encargadas.
Por último, no debemos dejar de mencionar que los representantes legales o gerentes generales de una empresa, tienen responsabilidad solidaria en situaciones de accidentes o daños a terceros. Pueden existir muchas situaciones legales en las cuales estas circunstancias y los reclamos que pudieran provenir de ellas, podrían afectar el patrimonio personal de estas personas. Existe en el mercado asegurador el Seguro de Responsabilidad Civil de Directores y Funcionarios (D&O, por sus siglas en inglés) para protegerlos frente a estas contingencias.